(1) Esta historia me fue contada cuando aún era niño por un aldeano de edad avanzada llamado Mohei.
Hace mucho tiempo, cerca de nuestra aldea había una localidad llamada Nakayama. En ella había un castillo, en el que moraba un señor feudal llamado Nakayama.
(2) En los bosques cercanos a la localidad de Nakayama vivía un zorro llamado Gon. Él era un pequeño zorro huérfano, que vivía dentro de un hueco cavado en medio de un bosque de helechos. A Gon no le importaba si era de noche o de día para acudir a la aldea vecina, solo para hacer travesuras. Gon hacía muchas travesuras, entre ellas, entrar al huerto, arrancar y esparcir las papas, colocar al fuego las ramas de colza que se habían dejado secar, arrancar los pimentones que estaban colgando en el patio de los agricultores.
(3) Un otoño llovió durante 2 o 3 días. Gon no pudo salir y estuvo escondido en una cueva.
(4) Cuando dejó de llover, Gon respiró aliviado y arrastrándose salió del hueco. El cielo estaba claro, limpio y el canto de los pájaros resonaba fuertemente.
(5) Gon se acercó al banco de un pequeño río que pasaba por la aldea. En las puntas de las cañas aún brillaban las gotas de lluvia. Este río por lo general tenía muy poca agua, pero por la lluvia de los 3 días su volumen había aumentado considerablemente. Normalmente las hojas de las cañas y las raíces de las flores silvestres estaban sumergidas en el agua del río, pero ahora estaban sumergidas y arrastradas por las aguas turbias y amarillentas. Gon fue caminando río abajo por el camino enlodado.
(6) De pronto Gon vio a una persona dentro del río haciendo alguna cosa. Gon se aproximó sigilosamente hasta unos matorrales y sin ser visto, lleno de curiosidad se quedó mirando a la persona.
(7) Gon pensó: «Es Hyoju». Hyoju enrollaba su viejo y negro kimono, y estaba dentro del agua hasta los muslos, sacudiendo unas redes de pescar llamadas HARIKIRI. En la cabeza llevaba un HACHIMAKI (una tira de tela con que se envuelve la cabeza) y se podía ver una hoja redonda de flor silvestre pegada en su mejilla como un lunar gigante.
(8) Después de haber transcurrido un buen tiempo, Hyoju sacó del agua la parte inferior de las redes en forma de bolsa. En esta bolsa se podía observar una gran cantidad de raíces de hierbas, hojas de maleza y pedazos de madera podrida. Pero también se notaba en ciertos lugares, que había unas cosas blancas que brillaban intensamente. Eran las barrigas de gordas anguilas y grandes peces.Hyoju colocó las anguilas, los peces y la basura en la canasta. Luego amarró nuevamente la bolsa y la sumergió otra vez en el agua.
(9) Después, Hyoju sacó la canasta del agua, subiendo del río, dejó la canasta en el banco y salió corriendo en busca de alguna cosa en dirección río arriba.
(10) Cuando Hyoju estaba fuera del alcance de los ojos de Gon, este salió de los matorrales, y corrió hasta colocarse cerca de la canasta. Gon tuvo la tentación de hacer una pequeña travesura. Sacó los peces que estaban dentro de la canasta y los tiró dentro del río corriente abajo del lugar de la red HARIKIRI. Todos los peces hacían bulla al caer y sumergirse en las turbias aguas del río.
(11) Finalmente intentó atrapar la gorda anguila, pero como era escurridiza no le fue posible cogerla. Gon estaba molesto, introdujo su cabeza en la canasta y con los dientes atrapó la cabeza de la anguila. La anguila soltó un chorro y se enroscó en el pescuezo de Gon. En ese momento Hyoju desde el otro lado gritó:
«¡Ah, zorro ladrón!»
Gon, sorprendido por el susto, intentó dejar la anguila y huir, pero esto no le fue posible, ya que esta estaba enroscada a su pescuezo. Gon salió corriendo con la anguila enrollada a su pescuezo, huyendo desesperadamente.
(12) Al llegar cerca del hueco debajo del árbol de aliso, Gon miró hacia atrás. Hyoju no lo estaba persiguiendo.
(13) Gon suspiró aliviado. Destrozó con los dientes la cabeza de la anguila y logrando finalmente soltarse de ella, la colocó en los matorrales fuera de su hueco.
2
(1) Transcurridos aproximadamente 10 días, cuando Gon estaba pasando por la parte trasera de la casa del agricultor Yasuke, a la sombra de la higuera, la esposa de este se estaba pintando los dientes de negro. Al pasar por la parte trasera de la casa del herrero Shimbei, su esposa se estaba peinando los cabellos. Gon pensó: «Debe de estar pasando algo importante en la aldea. ¿Qué será? ¿Será el festival de otoño? Pero si fuera el festival, debería escucharse el sonido de los tambores y flautas, además de las banderas colocadas en el templo».
(2) Pensando en esto, Gon había llegado al pozo rojo que estaba frente a la casa de Hyoju. Dentro de esta pequeña casa casi en ruinas, se habían reunido muchas personas. Las mujeres, vestidas con sus mejores kimonos, llevaban colgando en la cintura una toalla de mano. Estaban cerca del horno frente a la casa y dentro de una gran olla algo se estaba cocinando.
(3) Gon pensó: «Debe de ser un funeral. ¿Quién habrá fallecido en la familia de Hyoju?»
(4) Pasado el mediodía, Gon fue hacia el cementerio de la aldea y se escondió entre las estatuas de los 6 santos JIZO. El tiempo era bueno y el tejado del castillo estaba brillando. En el cementerio muchas flores de lirio araña roja HIGANBANA estaban floridas como si fuera una alfombra roja extendida. En la aldea se dio inicio al repicar de las campanas anunciando la salida para el entierro.
(5) Después, Gon comenzó a vislumbrar el cortejo fúnebre de las personas vestidas con kimono blancos. Se escuchaban las voces de las personas conversando. Las personas que asistían al entierro empezaron a ingresar al cementerio. Por donde transitaban las personas, las flores quedaban despedazadas y pisoteadas.
(6) Para ver mejor, Gon estiró el cuerpo, Hyoju vestía con un kimono blanco, formal para el funeral y llevaba la tablilla donde estaba escrito el nombre de la persona fallecida. Hyoju siempre era una persona llena de vida, con el rostro colorado como si fuese un camote, pero ahora se lo veía abatido.
«La persona fallecida debe de ser la madre de Hyoju», pensó Gon, escondiéndose nuevamente.
(7) Esa noche, dentro del hueco, Gon pensó: «La madre de Hyoju estaba enferma y probablemente dijo que deseaba comer una anguila. Es por eso que Hyoju salió con su red HARIKIRI. Y yo por broma robé la anguila. Por eso Hyoju no pudo darle a su madre de comer la anguila. Y ella murió sin comer la anguila. Pienso que ella murió pensando, “Quiero comer anguila. Quiero comer anguila”. Y yo no debí haber hecho aquella broma».
3
(1) Hyoju estaba lavando trigo junto al pozo rojo.
Hasta entonces, él había vivido pobremente junto a su madre y ahora que ella murió Hyoju estaba solo. Gon estaba mirando desde detrás del cobertizo y pensó: «Hyoju está solo como yo».
(2) Cuando Gon salió de las cercanías del depósito, intentando irse hacia otro sitio, escuchó una voz procedente de algún lado vendiendo pescado:
«¡Miren, sardinas! ¡Sardinas frescas y baratas!»
(3) Gon corrió hacia la zona de donde provenía la voz animada del pescador. En ese momento la esposa de Yasuke apareció en la puerta, pidiendo:
«Deme unas sardinas».
El pescador dejó el carro cargado de cestos llenos de sardinas en la orilla del camino. Y agarrando algunas sardinas frescas en cada mano, entró en la casa de Yasuke.
En este intervalo, Gon agarró 5 o 6 sardinas de la canasta y corrió hacia la zona de donde había venido. Lanzó las sardinas hacia la casa de Hyoju desde la puerta trasera y regresó corriendo hacia el hueco.
Desde la cima de la colina en el camino de regreso, Gon pudo ver la pequeña figura de Hyoju todavía lavando cebada junto al pozo.
(4) Gon pensó que había hecho una buena acción para reparar el mal causado al tirar la anguila de Hyoju.
(5) Al día siguiente Gon recogió muchas castañas en el bosque y las llevó a la casa de Hyoju.
(6) Mirando desde la puerta trasera, Hyoju estaba iniciando su almuerzo, pero tenía el tazón pensativo y estaba distraído. Era raro, pero en la mejilla de Hyoju había un rasguño. Gon estaba pensando qué podría haber pasado cuando escuchó a Hyoju murmurar para sí mismo:
«Quién será que lanzó las sardinas a mi casa? Gracias a eso el pescador pensó que yo soy un ladrón y me dio una paliza».
(7) Gon pensó: «Dios mío, al pobre de Hyoju el pescador le dio una paliza y está herido».
(8) Gon muy calmado, dio la vuelta en dirección al cobertizo, colocando en la entrada las castañas y se marchó.
(9) Durante 2 días seguidos, Gon recogió y llevó castañas a la casa de Hyoju. En el tercer día aparte de las castañas llevó 2 o 3 setas MATSUTAKE.
4
(1) Era una hermosa noche de luna. Gon salió a pasear. Pasó por debajo del castillo del señor feudal Nakayama y desde un camino estrecho por delante parecían venir algunas personas. Se escuchaba las voces de las personas conversando. Los grillos MATSUMUSHI estaban cantando.
(2) Gon se escondió en uno de los lados del camino y permaneció quieto. Las voces de las personas conversando se acercaban cada vez más. Eran Hyoju y el agricultor Kasuke.
«Kasuke, quiero decirte algo», dijo Hyoju.
«Sí, ¿qué será?»
«Últimamente me está pasando algo muy extraño».
«¿Qué es?»
«Después de la muerte de mi madre, no sé de quién, pero todos los días recibo castañas y setas».
«¿Quién podrá ser?»
«Ni idea, pero viene deja las castañas y las setas, luego desaparece».
(3) Gon los siguió.
«¿De verdad?»
«¡Sí, es verdad! Si no me crees, ven mañana y así te mostraré las castañas».
«¡Qué cosa más extraña!»
(4) Y los dos siguieron caminando silenciosamente.
(5) De pronto Kasuke miró hacia atrás. Gon se llevó un gran susto, encogiendo el cuerpo y se quedó quieto. Kasuke no se dio cuenta de la presencia de Gon y continuó caminando rápidamente. Al llegar a la casa del agricultor Kichibei, los dos ingresaron a la casa.
Desde dentro se escuchaba el sonido del tambor MOKUGYO.
A través de la ventana de papel con la luz interior, se veía la sombra móvil de la gran cabeza rapada del monje en su oración. Pensando: «Está orando», Gon se agachó cerca del pozo. Algún tiempo después llegaron tres personas más e ingresaron a la casa de Kichibei.
Se escuchó el canto de las escrituras budistas.
5
(1) Gon permaneció agachado cerca del pozo hasta terminar la oración. Hyoju y Kasuke se regresaron juntos. Queriendo escuchar la conversación de los dos, Gon siguió en la sombra de Hyoju, paso a paso.
(2) Cuando estaban frente al castillo, Kasuke empezó a decir:
«Sobre lo conversado anteriormente, pienso que es una acción de Dios».
«¿Cómo?» replicó Hyoju con cara de sorprendido, mirando a Kasuke.
(3) «Yo estaba pensando y lo que está pasando no es obra de una sola persona. ¡Pienso que es de Dios! Como usted está solitario ahora, Dios se compadeció de usted y ahora le envía regalos».
«¿Usted realmente piensa así?»
«Absolutamente y por eso debes agradecer a Dios todos los días».
«Así lo haré».
(4) Gon se sintió decepcionado. «Yo estoy llevando las castañas y setas, y no se me reconoce. Todas las gratitudes son para Dios. Esto no encaja bien», pensó Gon.
6
(1) Al día siguiente Gon llevó nuevamente las castañas y setas a la casa de Hyoju. Hyoju estaba tejiendo una cuerda en el cobertizo. Entonces Gon entró por la puerta trasera.
(2) En ese momento Hyoju levantó la cabeza y de repente vio que un zorro estaba dentro de su casa. Inmediatamente pensó que Gon, quien le había robado la anguila, había regresado otra vez para hacer alguna travesura y se dijo: «Espera y verás».
(3) Hyoju se levantó, trajo una escopeta del granero y le puso pólvora. Cautelosamente Hyoju se acercó a Gon. Justo cuando Gon intentaba salir por la puerta, Hyoju disparó.
(4) Gon fue alcanzado y cayó al suelo.
(5) Cuando Hyoju llegó cerca de Gon y miró dentro de la casa, se dio cuenta de que en la cocina tenía un montón de castañas amontonadas.
«¿Qué es esto?»
Hyoju estaba sorprendido y sus ojos se fijaron en Gon.
«¡Gon! Eras tú quien todo este tiempo me traía las castañas».
(6) Gon con los ojos cerrados, debilitado, asintió afirmativamente.
Hyoju soltó la escopeta, que aún emitía líneas de humos azules.
4 Un zorro llamado Gon
Antología de 7 Cuentos Infantiles Japoneses
(Libro Ilustrado Bilingüe Japonés-Español)
『日本の童話』 全7話 第4話 ごんぎつね 準拠
作 新美 南吉
絵 えだ いずみ
翻訳 岩松 寿・岩松 初雄
朗読 David TARANCO
制作 NPO法人 地球ことば村・世界言語博物館
2021.1.23