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(1) Cierto día, Buda deambulada en solitario por las orillas del lago del loto en el paraíso.
Las flores de loto que florecían en el lago eran todas de un blanco puro como las perlas y constantemente desprendían un olor indescriptiblemente delicioso de los estambres de oro en sus centros. Es una mañana en el paraíso.
(2) Después de un rato Buda se detuvo un instante en las orillas del lago y vio el mundo de abajo a través de un pequeño espacio en la superficie cubierta por las hojas del loto. Debajo del lago de loto del paraíso se ubicaba el fondo del infierno.
Así, a través de las aguas cristalinas y transparentes se veía claramente el paisaje del río de los tres infiernos y de la montaña de las agujas, como si se estuviera mirando a través de un lente.
(3) Su mirada se dirigió hacia un hombre llamado Kandata que se retorcía en el fondo del infierno junto a otros pecadores.
Kandata era un peligroso criminal que había hecho muchas maldades, matando personas e incendiando casas. Pero en cierta ocasión este hombre había realizado una buena acción.
Cuando andaba en lo profundo del bosque, Kandata vio una pequeña araña en el borde del camino. Fue cuando levantó rápidamente su pie para pisotearla, pero de repente pensó, «La araña es un ser vivo, a pesar de ser de pequeño tamaño. Sería una crueldad de mi parte tomar esa vida sin razón». Pensando de esta manera decidió salvar a la araña en lugar de matarla.
(4) Buda, viendo el estado del infierno, recordó que Kandata había salvado una araña.
Para compensar el bien que había practicado, pensó salvarlo del infierno de ser posible.
Por coincidencia, mirando a su alrededor, Buda se fijó en una araña del paraíso haciendo la tela de araña de unos hermosos hilos plateados encima de una hoja de loto de color jade.
Tomando cuidadosamente un solo hilo de la tela de esa araña en su mano, deslizó el hilo hacia el fondo del infierno entre los lotos blancos perlados.
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(1) En el fondo del infierno, Kandata y otros criminales estaban flotando y hundiéndose en el lago de sangre. Mirándose de cualquier lado, el infierno era totalmente oscuro y a veces parecía que en la oscuridad había un bulto flotando vagamente y en realidad era el destello de las montañas horribles de agujas. ¡Qué desesperado se sentía Kandata por todo esto! Además, alrededor era un silencio total como si estuviera dentro de un cementerio y de vez en cuando se oía solamente ligeros suspiros de los criminales.
Porque las personas que caían allí ya estaban cansadas de varias torturas y no tenían más fuerzas para llorar. Por eso, el gran ladrón Kandata también se encontraba sofocado en el lago de sangre y se retorcía de dolores como si fuera un sapo al borde de la muerte.
(2) Sin embargo, un día por accidente Kandata levantó la cabeza y miró hacia el cielo del lago de sangre. Desde el paraíso muy lejano en la oscuridad silenciosa, vio un hilo plateado de araña, que parecía temeroso en ser percibido, bajando en la dirección hacia él. Al ver esa escena, Kandata, involuntariamente hizo palmas de alegría.
Agarrándose del hilo, si consiguiera subir hasta la cima, con seguridad saldría del infierno.
Entonces, si todo marchaba bien, incluso podría ingresar al paraíso. Luego, nunca más sería perseguido en las montañas de agujas ni ahogado en el lago de sangre.
(3) Pensando así, Kandata se aferró inmediatamente al hilo de araña con ambas manos con firmeza y comenzó a subir con mucho esfuerzo. Kandata, que había sido un gran ladrón desde los tiempos antiguos, estaba acostumbrado a enfrentar dificultades.
Sin embargo, la distancia del infierno hacia el paraíso es millares de kilómetros, por eso no había que precipitarse, pues no sería nada fácil alcanzar la meta.
Después de haber subido por un tiempo, Kandata ya se encontraba cansado y no lograba subir más.
No existiendo otra opción, decidió descansar un poco y colgando desde la mitad del hilo, miró hacia abajo, muy lejos.
(4) El esfuerzo estaba dando sus frutos, el lago de sangre se perdía en el fondo de la oscuridad, así como las montañas de agujas.
A este ritmo, no sería difícil escapar del infierno después de todo. Kandata, agarrando el hilo de araña con ambas manos, se rió de alegría por primera vez en quién sabe cuántos años desde que vino al infierno y terminó gritando: «¡Qué bueno! ¡Qué bueno!»
De pronto, Kandata se dio cuenta de que en la parte inferior del hilo de araña un número infinito de criminales subían, siguiéndole como si fuera una fila de hormigas.
Al ver esta escena, quedó sorprendido y aterrorizado con la boca muy abierta durante un instante con los ojos parpadeando mucho.
El hilo de araña que era muy delgado parecía romperse incluso por el propio peso de Kandata. Luego, ¿cómo podrá soportar el peso de tantas personas?
Si el hilo de araña se rompiera por la mitad, el mismo Kandata que ya estaba a medio camino terminaría cayendo de cabeza, nuevamente al infierno. No podía permitir que eso pasara.
Mientras tanto, a través del brillante hilo de araña, centenares y millares de criminales venían ascendiendo desde el fondo del oscuro lago de sangre, sin detenerse, formando una infinita fila.
Necesitaba hacer algo inmediatamente, si no el hilo se rompería y todos caerían.
Entonces Kandata gritó en voz alta: «¡Oigan, ustedes criminales! El hilo de araña es mío. ¿Quién les dio permiso para subir por él? ¡Bajen, bajen ahora mismo!»
(5) Entonces el hilo de araña que hasta el momento no daba signos de romperse se rompió justo encima de la cabeza de Kandata.
Ya no podía hacer nada, terminó cayendo de cabeza, girando en la inmensa oscuridad fue su cuerpo hacia abajo.
En medio del cielo oscuro quedó ondeando el único brillante hilo de araña del paraíso sin luna ni estrellas.
3
(1) Buda, de pie en las orillas del lago del loto en el paraíso, presenció toda esta escena. Cuando Kandata se hundió en el lago de sangre como una piedra, volvió a caminar con el rostro entristecido. A Buda, Kandata debe de haberle parecido sórdido. Kandata deseaba salir del infierno solo sin tener compasión de los demás. Ese corazón egoísta y despiadado suyo lo había condenado a caer en el infierno.
(2) Las flores de loto del lago en el paraíso no prestaban atención a todo lo que había acontecido. A los pies de Buda, las flores blancas como las perlas se balanceaban suavemente y desde el centro de sus estambres dorados, emitían constantemente un indescriptible y agradable aroma. En el paraíso, el mediodía ya estaba cerca.
5 Hilo de araña
Antología de 7 Cuentos Infantiles Japoneses
(Libro Ilustrado Bilingüe Japonés-Español)
『日本の童話』 全7話 第5話 クモの糸(スペイン語) 準拠
作 芥川 龍之介
絵 吉田 圭一郎
翻訳 岩松 寿・岩松 初雄
朗読 David TARANCO
制作 NPO法人 地球ことば村・世界言語博物館
2021.1.22