El señor Nobeyama es un astronauta.
Aquella noche, él se encontraba ajustando la cámara en dirección hacia la Tierra desde una altitud de veinte mil kilómetros, mucho más allá del cielo.
Estaba previsto una lluvia de meteoritos para ese día.
El trabajo del señor Nobeyama era grabar esto en vídeo.
(1) Esperando, no aparecía ningún meteorito.
El señor Nobeyama empezó a comer una sopa de fideos de astronautas para mantenerse despierto.
En ese momento una ráfaga de luz brillante pasó muy cerca de la estación espacial.
El señor Nobeyama dejó a un lado su sopa de fideos de astronautas y presionó inmediatamente el interruptor de la videocámara.
El destello de luz se dirigió directamente hacia la Tierra lejana que estaba cubierta de un espeso y negro smog.
(2) Pensando que la lluvia de meteoritos seguiría, él se quedó esperando atentamente pero no apareció nada y nuevamente se quedó rodeado por una absoluta oscuridad.
«¡Ah, solo eso!»
Decepcionado el señor Nobeyama, cogió su sopa de fideos que flotaba dentro de la nave espacial.
«Aun así, ¡qué grande que era ese meteorito!»
(3) Bip, bip, bip, bip...
El monitor sonó y se inició la reproducción de la imagen del meteorito grabada justo ahora. El señor Nobeyama estaba terminando su sopa de fideos con una pajita. Cuando vio la imagen grabada, soltó nuevamente el recipiente de la sopa de fideos. Él estaba pensando que había grabado la imagen del meteorito, pero realmente era la imagen de un ave que jamás se había visto.
(4) Era un ave dorada.
«¡Qué absurdo! ¡No puedo creerlo! ¿Un pájaro volando en el espacio cósmico?»
Sacudió vigorosamente la cabeza e inmediatamente envió la imagen a la base terrestre.
«Esta imagen de meteorito pasó en dirección hacia la Tierra a las 0430 hora de Greenwich. Por favor verifiquen la imagen».
(5) Cuando el señor Nobeyama terminó su sopa de fideos, llegó la respuesta de la Tierra.
«No se pudo detectar el ingreso del meteorito a la Tierra, seguramente se desvió su órbita».
«Y ¿qué me dicen de lo que había la forma de pájaro dentro de la luz?» Preguntó el señor Nobeyama.
«No tenemos ninguna imagen». Fue la áspera respuesta que recibió.
(6) «Eso no es posible...»
El señor Nobeyama rebobinó la cinta y mostró el meteorito en el monitor. Grande fue su sorpresa, pues no quedaba la imagen del pájaro que hace un momento había estado ahí.
«¿Será que fue solo mi imaginación? No.. pero.. tal vez fue eso».
(7) Después, otra lluvia de meteoritos no apareció.
El señor Nobeyama estaba tan somnoliento.
«Voy a descansar un poco...»
Recibir ayuda de alguien era imposible, ya que él era un solitario astronauta espacial en su nave.
Colocando la cámara en automático, se dejó caer en la cama.
(8) ¡Qué cómodo estaba el dormir en la cama! Los astronautas todo el tiempo deben operar innumerables máquinas. Esto es un trabajo muy agotador.
Se quedó profundamente dormido, roncando como un trueno.
(9) Pero en ese momento, se había enviado un extraño mensaje para la nave espacial.
«Yo soy quien intercepto la señal que envió a la Tierra. Ciertamente la imagen del meteorito era la de un pájaro. Sin embargo, ese pájaro no existe en la Tierra. Es un pájaro Makafushigi que pertenece a la familia de las aves sagradas sin ninguna duda. Forma parte de las especies de las aves agachadizas que aparece en el libro por el naturalista griego Norasteldamas que fue escrito doscientos años antes de Cristo».
(10) «En el libro de Norasteldamas, se describe de la siguiente manera: “Cuando Makafushigi desciende de los cielos, extraños y numerosos cambios se producen en la Tierra. Los seres humanos perderán a sus amigos más importantes. Este castigo es por lo mal que los seres humanos han tratado la Tierra”».
Al finalizar el correo electrónico se adjuntaba una imagen de Makafushigi.
(11) Sin enterarse de esto, el señor Nobeyama dormía con la boca abierta y babeó, soñando con las deliciosas comidas que no le era posible saborear en el espacio, tales como arroz con anguila, sushi, oden, arroz con té verde y salmón.
En ese preciso momento se cumplía la profecía de Norasteldamas y cosas increíbles estaban pasando en la Tierra.
(12) En una remota zona rural de Polonia, el profesor Joseph Klausner, como de costumbre fue a alimentar a la tortuga verde que vivía en el acuario. Cuando la vio, se llevó el susto más grande que se pudo imaginar y casi se cae hacia atrás.
Su pequeña tortuga verde, María tenía cejas.
Él estaba sorprendido. Una gran barba crecía alrededor de los labios de María en un abrir y cerrar de ojos y luego ella inició un discurso:
«¡Compañeros, de pie!»
(13) El siguiente en notar los cambios sobrenaturales fue el bibliotecario Julio Cervantes quien criaba un pececito dorado y vivía en Madrid-España.
Como cada mañana, Julio dijo:
«¡Buenos días!»
Le dijo a su jactancioso pececito, pero se le cayó la dentadura.
Su pececito, que era de color negro, le habían salido manos y pies rosados. Él estaba nadando braza dentro del acuario, cuando de repente comenzó a nadar en el aire y salió volando por la ventana abierta.
(14) El señor Shankar, quien era un trabajador forestal en la India, al llegar al establo de los elefantes, llevando las palmeras que había cortado abajo, gritó en hindi:
«¡Oh, no! ¡No puedo creerlo!»
Los elefantes tenían las trompas y colas intercambiadas, bebían con las “colas” y meneaban las “trompas”.
(15) El señor Chu, quien era el encargado de los animales del zoológico de la provincia de Sichuan en China, se encargaba del cuidado de los pandas. Cuando ingresó a la jaula, llevando las hojas de bambú, como de costumbre, encontró a un animal completamente diferente.
El señor Chu inmediatamente no se dio cuenta donde estaba la diferencia. Pero, poco a poco fue identificando que los colores blanco y negro estaban invertidos.
(16) No era solamente los pandas. El señor Ivan Wronski, quien trabajaba como cazador de animales en los montes Urales de Rusia, fue atacado por una fiera, jamás antes vista.
Logró escapar de la muerte al trepar a un árbol. Observando atentamente a la fiera por la forma de ser, era un tigre. Solo que los colores amarillo y negro estaban también invertidos.
(17) Hablando del tigre, el león también estaba sufriendo cambios.
Prácticamente al mismo tiempo, en el parque zoológico de Ngorongoro en África, de pronto apareció un extraño animal, que tenía el cuerpo totalmente peludo.
Este trataba de cazar un antílope, pero los pelos se le enredaban en las patas, sin poder correr tras su presa. El zoólogo Ngai Wakimari investigó y descubrió que el animal era un león cuya melena había crecido y cubierto todo su cuerpo.
(18) En el río Amazonas dentro del territorio brasileño en Sudamérica ocurrió lo siguiente:
Como de costumbre, el pescador Pedro López al colocar su barco en la ensenada donde se reúnen los cocodrilos, no encontró a ninguno de ellos por ahí.
Encontrando raro, miró en los alrededores, viendo una escena increíble. Los cocodrilos estaban trepados a los árboles y al mismo tiempo empezaron a cantar.
(19) En la bahía de Tokio en Japón, el científico Kotaro Tanaka, quien se encontraba examinando la contaminación marítima, se encontró con una escena increíble.
De los espesos lodos saltaban los mariscos unos tras otros. Almejas, mejillones, ostras... golpeaban sus conchas completamente desordenadas. Después de lanzar lodo hacia arriba, salieron volando hacia alta mar. Todo este espectáculo parecía ser como el vuelo de las mariposas.
(20) En ese preciso instante las personas del mundo que se encontraban en alta mar quedaron estupefactos con lo que estaban presenciando.
Las tortugas marinas, los peces luna, los tiburones, las ballenas, las manta rayas, los leones marinos, las focas y aún más, todas las criaturas que habitan en el mar batían sus aletas y después comenzaban a bailar hacia el cielo.
Dentro de estos, los más arrogantes eran los pequeños peces voladores.
(21) Por otro lado, en el desierto de Arizona en los Estados Unidos, sucedía algo sorprendente.
El paleontólogo John Carpenter estaba excavando huesos de dinosaurios. Cuando vio que los huesos dispersos en la arena se levantaron formándose en un dinosaurio en un abrir y cerrar de ojos y cayó desmayado.
(22) «¡Oh, no!»
Tan pronto como terminó el arroz con té verde y salmón en sus sueños, se despertó el señor Nobeyama.
Fue corriendo a observar por la ventana de la nave espacial.
En ese instante, el señor Nobeyama presenció una escena increíble.
(23) Era una sorprendente lluvia de meteoritos.
Además, en vez de caer hacia la Tierra, estas salían desde la Tierra hacia el espacio infinito.
El señor Nobeyama aún no había leído el mensaje misterioso y ni siquiera se imaginaba que aquellos meteoritos representaban a “los amigos más importantes de los humanos abandonando la Tierra”.
Los meteoritos eran nada menos que todas las criaturas de la Tierra con excepción de los seres humanos.
(24) Después que la lluvia de meteoritos pasó, la Tierra se tornó de un color plomizo y enseguida algo extraordinario aconteció.
Después le salieron piernas en forma de zigzag a la Tierra.
En un instante la Tierra con un mapa mundial en ella se transformó en un pulpo soltando un chorro de tinta y voló más allá del universo.
El señor Nobeyama deprisa corrió tras el pulpo.
En el mensaje estaban marcadas las siguientes palabras:
«Cuando se den cuenta, será demasiado tarde. Norasteldamas».
Fin
6 El ave misteriosa
Antología de 7 Cuentos Infantiles Japoneses
(Libro Ilustrado Bilingüe Japonés-Español)
日本の童話 全7話 第6話 マカフシギ物語(スペイン語) 準拠
作 舟崎 克彦・三間 由紀子
絵 舟崎 克彦
翻訳 岩松 寿・岩松 初雄
朗読 Martha SALGADO
制作 地球ことば村・世界言語博物館
2020.8.6